Lo emocional, parte importante en el preescolar.
Llevo muchos años trabajando con niños en edad preescolar y estoy convencida de que la parte emocional es lo más importante en esta etapa y que al tener esta parte emocional estable, lo académico viene de la mano.
Me pregunto, ¿Por qué los papás buscan colegios en donde a los 4 años los niños, lean, escriban, hagan sumas, restas y piensan que la parte académica es lo más importante para triunfar en la vida?
Les quiero dar mi opinión, sin educación emocional, no hay oportunidad de resolver problemas y aprender. En el preescolar hay que ayudarle a los niños a identificar lo que sienten y en donde sienten las emociones, en la panza, en la garganta o en la cabeza. Ayudar a reconocerlas, expresarlas y darles el tiempo para que la suelten y la identifiquen. Es importante darles herramientas para regular las emociones y así evitar la baja autoestima, inseguridad y comportamientos compulsivos.
La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados anímicos, es tener la destreza para saber que pasa en el propio cuerpo, qué sentimos; contar con las herramientas para reconocer aquello que no nos gusta y motivarnos a salir adelante, tener empatía y habilidades sociales.
El desarrollo de las emociones es más importante que saber leer y resolver ecuaciones. Debemos ayudar a los niños a tener resiliencia y salir adelante cuando algo les angustia o no les gusta, acompañarlos en lugar de evitar que vivan experiencias en las cuales lloran, se frustran o se enojan; acompañarlos a identificar estas cosas, como seguir y expresar la emoción. Claro que para lograr esto, debemos de tener una inteligencia emocional resuelta y estar pendiente de las necesidades y emociones de los niños para ayudarlos a reconocerlas y acompañarlos a auto motivarse y seguir adelante.
Los padres de familia y maestros debemos escuchar para entender las necesidades de los niños y darles las herramientas, no minimizar lo que sienten y permitir que estas emociones se vivan. ¿Quién no se ha sentido enojado alguna vez o se ha sentido triste? Son cosas que suceden y que tenemos que aprender a sentir y expresar.
Debemos ayudar a los niños para que identifiquen sus emociones y darles siempre opciones que les servirán toda su vida. Por ejemplo:
- Estás enojado porque quieres jugar con el teléfono pero ahorita no te lo voy a prestar, puedes jugar con el tren o con la muñeca, escoge alguno.
- No te quieres bañar; decide, te quieres bañar llorando o con un juguete feliz.
Siempre hay que hacerles ver que hay opciones y consecuencias en la vida.
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