La neurociencia del agradecimiento

“La gratitud impulsa la felicidad. La felicidad impulsa la productividad. La productividad revela la maestría. Y la maestría inspira al mundo". Robin Sharma.

 

En los últimos 20 años se ha acumulado evidencia de los beneficios de la gratitud en casi todas áreas de la vida. Primero, se ha demostrado que es más que una sensación momentánea. 

 

Un estudio en el que las personas escribían cartas de agradecimiento cada 3 semanas, reportó una mejoría en su salud mental. En un ejercicio similar, un grupo que escribió todas las noches 3 cosas por las cuales sentirse agradecidos, dijo sentirse significativamente más feliz, menos deprimido, incluso 6 meses después de terminar este estudio. 


Foto de Eva Bronzini
 

La gratitud cambia el cerebro

 

A corto plazo, ser agradecido libera serotonina y dopamina haciéndonos sentir mejor. Pero al hacerlo de forma constante, se fortalecen vías neuronales que pueden “entrenar” tu cerebro para que se enfoque en lo que va bien. 

 

Con este cambio de pensamiento existen beneficios tangibles en funciones corporales y condiciones psicológicas: 

 

·      Libera emociones tóxicas a través de estímulos al sistema límbico.

·      Reduce la sensación de dolor, las enfermedades cardíacas, las inflamaciones y la neurodegeneración. 

·      Mejora la calidad del sueño y lo facilita

·      Ayuda a la regulación del estrés

·      Reduce la ansiedad y la depresión.

 

El Centro de Investigación de Concienciación de la Conciencia de Atención Plena de la UCLA, declaró que la gratitud cambia las estructuras neuronales del cerebro y nos hace sentir más felices y contentos.

 

 

Cultiva la felicidad con gratitud

 

No es una tarea sencilla, pero la constancia es la clave para lograrlo.

 

·      Reconoce tus logros. Hazte cumplidos en voz alta. 

·      Expresa la gratitud de forma escrita. 

·      Frecuenta a esas personas que consideras significativas por su apoyo. 

·      Cuando te reconozcas en felicidad, mantente ahí. Recuerda que trabajaste lo suficiente.

·      Comparte esa gratitud con tu pareja o una amiga o familiar. 

 

En el libro "Grateful Brain", de Alex Korb, explica que nuestro cerebro está condicionado a funcionar de forma repetida. Por ejemplo, una persona que se preocupa demasiado por los resultados adversos reconectará inconscientemente su cerebro para procesar solo la información negativa. ¿Por qué no hacer lo contrario?

 

Al practicar conscientemente la gratitud, podemos entrenar al cerebro para atender selectivamente las emociones y pensamientos positivos, reduciendo así la ansiedad y los sentimientos de aprensión.

 

Fuente: The Neuroscience of Gratitude and Effects on the Brain. Madhuleena Roy Chowdhury. Positive Psychology. 2019.

The Science Of Gratitude: How Thankfulness Impacts Our Brains And Business. Kevin Kruse. Forbes. 2021.

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