Fomenta hábitos saludables sin sermones

 La responsabilidad como padres es que nuestros hijos se mantengan saludables, que sus emociones estén equilibradas, que tengan un óptimo desarrollo físico y cognitivo, que sus necesidades sean cubiertas de la mejor forma. 

 

Pero seamos honestos, llega el momento en que esos mismos pequeñitos que se negaban a lavarse los dientes antes de dormir, tienen que tomar sus propias decisiones y como papás, esperamos que lo hagan desde un lugar de plena conciencia en donde la prioridad sea su bienestar. 

 

Entonces, por poner un ejemplo: ¿cómo pasamos de revisar si el cepillo de dientes está húmedo a confiar en que no se subirán a un auto manejado por alguien que ha bebido? Fomentando buenos hábitos desde la primera infancia y prefiriendo la disciplina positiva frente a los gritos o castigos. 

 

Hábitos saludables, ¿cómo y cuáles? 

 

Una investigación de la Universidad Brown concluyó que a los 9 años de edad, los niños desarrollan rutinas y hábitos que es poco probable que cambien a edades posteriores, así que manos a la obra: 

 

·      Los pequeños son grandes imitadores, procura que sus modelos a seguir sean positivos, desde el ejemplo que tú le das hasta lo que consumen en medios de comunicación. 

 

·      Sobre todo cuando son preescolares, explícales los por qué de las rutinas, así los mantienes motivados al mismo tiempo que se sienten mejor al descubrir que pueden con las responsabilidades. 

 

·      Mantenlo simple, cuando son muy pequeños un gracias puede incentivarlos en pequeñas tareas como lavarse los dientes o recoger sus juguetes. Solo ve ajustando tus expectativas con respecto a las habilidades propias de su edad. 

 

·      Sé coherente, no solo en cuanto a las razones de establecer tal o cual rutina, sino a los beneficios de adquirir esos hábitos, aplícalo a todo. Puedes plantear la curiosidad por prácticamente cualquier tema, desde la alimentación cuando son muy pequeños hasta la constancia en los deportes o áreas académicas poco exploradas como ciencia y tecnología. 

 

·      Prepárate para retrasos, errores, confusiones, negativas. Es completamente normal, no te desanimes ni lo regañes, en lugar de eso encuentra la forma de hacer juntos eso en lo que está fallando. Puede ser que estés dando pasos muy grandes, inicia con que domine la tarea para después poner horarios, una vez que se haya arraigado a ella, inicia con una nueva actividad y sigue. 

 

·      La reactividad emocional también se aprende con el ejemplo, esto viene a colación porque si gritas, manoteas, azotas puertas como válvula de escape ¿quién crees que crecerá pensando que esa es la forma sana de responder a estímulos?. Las formas de reaccionar a situaciones frustrantes o de enojo también se aprenden, revisa qué haces cuando estás en un momento difícil, porque esa es la forma en que tu peque aprende a lidiar con sus emociones. 

 

Ojo, los niños suelen sentir las emociones muy fuertemente, es posible que no entiendan cómo se sienten ni cómo es que pueden manifestar esas sensaciones. Tu trabajo es estar calmado, no alimentar esa emoción ni ceder, pregunta, da tu apoyo, transmite confianza. 

 

·      Contrario a lo que muchas familias piensan, la alimentación no debería ser un problema. Si en tu alacena hay más alimentos saludables que comida chatarra y cocinas al menos 80% de las veces, tu hijo se va a acostumbrar a comer sanamente. Hay que tener paciencia con los alimentos, es real que hay niños más quisquillosos que otros, pero también existen preferencias que pueden ir desarrollándose poco a poco, se trata de compromiso y creatividad en las preparaciones. 



 

Foto de cottonbro studio para Pexels.

 

Disciplina positiva ¿cómo empiezo?

 

La premisa es ser realistas, tener expectativas claras en torno al comportamiento de nuestros niños, no castigar y ver cómo se van formando vínculos saludables en la familia. 

 

Momento uno a uno. 

El tiempo es el mejor pegamento en las relaciones, dale tiempo de calidad a tus hijos de forma individual. Reserva unos minutos para cada uno enfocándote en sus intereses personales, no lo que a ti te gustaría. 

 

Reconoce sus aspectos positivos. 

Todos tenemos características que merecen ser alabadas, enfócate en ellas en lugar de darle espacio a los comportamientos no deseados. 

 

Pon expectativas claras. 

Sé sumamente específico en lo que sí debe de hacer, los niños tienden a rechazar los “no”. Sumado a esto, hay que ser realistas con las habilidades de su edad. 

 

Distracciones creativas

En cuanto el mal comportamiento surge busca cómo distraerlo, la idea es que la energía se dirija a una actividad positiva. 

 

Cuida las consecuencias

Expresa los límites claramente, también las consecuencias y no tengas miedo de aplicarlas. Cuando le dices claramente las consecuencias de seguir con un mal comportamiento le estás dando la oportunidad de hacer lo correcto, si elige continuar aplica la consecuencia con calma y sin ira. 

 

Las consecuencias son efectivas para que los niños y adolescentes aprendan qué sucede si se portan mal, solo aplícalas en justa medida. Es decir, dejar sin teléfono a un adolescente por unas horas es útil, querer hacerlo por toda una semana puede que sea difícil de aplicar. 

 

Aquí encontrarás más información sobre cómo disciplinar con firmeza y amabilidad. Parte 1 y 2.

 

 

Fuente: “The Importance of Family Routines.” Healthy Children. Julio 2007. 

“Kids Overimitate Adults, Regardless of Culture.” Science. 2010.

“How to Handle Tantrums and Meltdowns.” Child Mind Institute. Enero 2023. 

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