La fórmula comprobada para formar niños seguros, felices y exitosos

En un mundo que cambia a pasos agigantados, donde la información demora el tiempo que tardas en hacer click y los desafíos se vuelven más complejos, es natural que como padres nos preguntemos: ¿qué necesitan realmente nuestros hijos para aprender y desarrollarse plenamente?


Y en medio de tanta velocidad, hay algo que no cambia: el aprendizaje de un niño siempre empieza por lo que vive en casa, lo que siente en la escuela y las personas que lo acompañan.


Foto de Gerd Altmann para Pexels


Hoy sabemos —gracias a la ciencia— que el desarrollo integral de un niño depende de tres pilares: sus padres, sus maestros y el ambiente escolar que lo rodea.


El papel insustituible de los padres


Desde los primeros años de vida, la familia representa la base emocional del niño. Es ahí donde se construyen los vínculos que dan seguridad, autoestima y pertenencia.


Desde el nacimiento, los padres se convierten en los primeros maestros: enseñan con el ejemplo, con la mirada, con los abrazos, pero también con los límites.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que el 80% del desarrollo cerebral ocurre en los primeros tres años de vida, lo que subraya la importancia de un entorno familiar que ofrezca cuidado, estimulación y seguridad emocional.


Hablarles, escucharlos, jugar con ellos, enseñarles a esperar su turno, a resolver problemas y a expresar lo que sienten es parte de la crianza receptiva que, según UNICEF, permite que los niños desarrollen habilidades cognitivas y emocionales esenciales para su bienestar presente y futuro.


Además, permitir que los niños enfrenten retos acordes a su edad, sin resolver todo por ellos, fortalece su resiliencia y capacidad para adaptarse al mundo.


Maestros que inspiran y transforman


Los profesores hacen mucho más que transmitir conocimiento. Son figuras de confianza, inspiración y guía. Tienen la capacidad de transformar la vida de un niño con una sola palabra de aliento o una mirada que reconozca su esfuerzo.


Para la UNESCO, los maestros desempeñan un papel clave en la configuración del futuro, liberando el potencial de cada alumno, porque son capaces de cultivar habilidades como el pensamiento crítico, la empatía y la colaboración; competencias que son fundamentales para que los estudiantes se adapten y prosperen en el siglo XXI.


Y aquí es donde está la diferencia: los buenos maestros no solo enseñan, inspiran. Y esa diferencia se nota.


Un buen maestro:

- Escucha activamente.

- Respeta el ritmo de cada niño.

- Identifica su potencial, lo alimenta y orienta.

- Fomenta preguntas, no solo respuestas.

- Se preocupa por lo que el niño es, no solo por lo que sabe.

- Construye relaciones de confianza.


Escuelas que promueven el bienestar integral


Una escuela no es solo un espacio físico, es un ecosistema emocional, social y cognitivo que impacta profundamente en el desarrollo de un niño.


Es el lugar donde aprende a convivir, a respetar, a expresarse y a ser parte de una comunidad.


La iniciativa conjunta de la OMS y la UNESCO "Escuelas Promotoras de la Salud" establece estándares globales para crear entornos escolares que fomenten la salud física y mental, la seguridad y el aprendizaje efectivo.


Una escuela realmente comprometida cuida mucho más que el conocimiento académico. Cuida lo que comen, lo que sienten, cómo se mueven, cómo se relacionan y cómo se construyen como personas.


Eso significa integrar programas de:

- Educación emocional.

- Actividad física regular.

- Alimentación saludable.

- Cultura de respeto y convivencia.

- Participación activa de las familias.


Porque está comprobado: los niños que aprenden en un ambiente que cuida su bienestar físico y emocional, obtienen mejores resultados académicos, tienen menos problemas de comportamiento y desarrollan habilidades sociales más sólidas.



El aprendizaje verdadero y significativo en el mundo actual requiere una colaboración estrecha entre padres, maestros y escuelas. Cada uno desempeña un papel vital en la creación de un entorno que nutra el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños.


En Lomas Hill, estamos comprometidos con esta visión integral de la educación, trabajando en conjunto con las familias y nuestros maestros para preparar a los estudiantes no solo para los desafíos académicos, sino también para los retos de la vida.


Porque el mundo cambia. Pero un niño seguro, feliz y resiliente ,siempre tendrá las herramientas para conquistar lo que venga.


FUENTES: Helping children learn, be happy and thrive, Organización Mundial de la Salud (WHO). WHO, 2022.

Early Childhood Development: What Every Parent Needs to Know, UNICEF. UNICEF, 2023.

5 Ways We Can Help Our Children Succeed, Claire McCarthy, MD. Harvard Health Publishing, 2019.

Global Report on Teachers: What You Need to Know, UNESCO. UNESCO, 2023.

Making Every School a Health-Promoting School, Organización Mundial de la Salud (WHO) y UNESCO. WHO & UNESCO, 2021.

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