Cuando los papás se “casan” con la escuela

Hoy por hoy las alternativas académicas son infinitas. Escuelas hay de todos los colores, sabores y para todos los gustos. Una vez que como padres hemos elegido el centro educativo en el que nuestros hijos pasarán muchas horas; es muy importante sellar ese compromiso con una palabra clave: confianza.

Muchos de los que tenemos hijos en edades escolares vivimos una realidad muy diferente como alumnos cuando ibamos a la escuela. Eran otros tiempos sin duda. ¿Quién no recuerda llegar a casa a la hora de la comida y tener miedo de comentar que traíamos un reporte en la libreta de tareas? ¡Uyy! Segurito nos iba “como chancla”.

Hoy las cosas han cambiado. Empezando por los horarios; en estos días, nuestros hijos pueden llegar a casa incluso después de comer y haber participado en algún taller deportivo o académico. Incluso, en una de esas, ya ni libreta de tareas: ahora es Google Classroom. Además, los colegios han adoptado tendencias y metodologías más humanistas que tienen otras perspectivas para aplicar consecuencias e implementar las reglas; por lo cual seguramente no habría mensaje sino una llamada para poder tratar de manera personal si es que hay alguna situación conductual que atender.

Con todo esto, nos damos cuenta cuán radicalmente se ha transformado la educación. Y muchas veces, no nos detenemos a reflexionar sobre las decisiones o la información que nos llega (por cualquier vía: ya sea nuestros hijos, el chat de whatsapp de las mamás, o el ‘chisme’ en facebook) y actuamos como si el colegio que elegimos para nuestros peques, fuera nuestro peor enemigo.


Hoy igual que ayer, es indispensable que los padres de familia se comprometan con el colegio de sus hijos en pro de ellos. Los beneficiados de una relación de confianza y de productividad son primordialmente ellos: nuestros hijos. Y claro que queremos lo mejor para ellos. Los colegios también.


Esta confianza se construye a base de comunicación: amplia y oportuna. Si tienes la sensación de que algo no va bien, una situación concreta te genera inquietud, lo ideal es acercarse cuanto antes a la escuela: sacar una cita directamente con la/las personas que están involucradas y que pueden resolver. Hablar de manera clara y saber identificar los hechos y las emociones que vienen por añadidura. Muchas veces el simple hecho de sentirnos escuchados; de saber que la otra parte está al tanto de lo que sucede y los sentimientos que nos evoca, sirve para aliviar mucho del malestar. Otras veces no, pero el diálogo es el mejor camino para la solución de un problema. Es igual de importante colaborar; convertirnos en parte de la solución en vez de perpetuar la discordia.

Ten siempre presente la razón por la cual elegiste ese colegio para el tesoro más importante de tu vida. Ténlo presente y compártelo con tus hijos; que ellos sepan que su mamá/papá, o ambos, eligieron el “mejor colegio del mundo” para ellos. Haz que se sientan orgullosos de estar en la institución; de esta manera estaremos generando pertenencia y bienestar en ellos, sentaremos las bases para que construyan relaciones positivas, con optimismo y entusiasmo de vivir. Así, estaremos fomentando la generación de una comunidad sólida, de gente positiva, con armonía y valores similares. ¿No queremos todos algo así?

Mariana Resa
International Education Specialist
www.lomashill.com

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