Repliquemos en casa el mundo que queremos tener.
Acabo de ver a una niña regañando a un mesero por traerle su bebida con popote; qué bien por el gesto de no usar plástico, sin embargo, creo que no hay que confundir la ecología con los valores, pienso que en primer término está la dignidad humana, y no podemos permear en los niños una supremacía a favor del planeta si antes no se encuentra el sentido de la persona.
La semana pasada se celebró la Asamblea General de la ONU, donde todos los países que pertenecen se reúnen anualmente para tratar de arreglar el mundo. ¿Cuántas veces no hemos criticado a la ONU por no poder resolver todos los problemas bélicos, de pobreza y desigualdad? Tuve la oportunidad de trabajar en Naciones Unidas hace algunos años y pude constatar que es una organización que genuinamente trabaja por todo el mundo tratando de acercar la paz y las oportunidades a la humanidad. Pero no pueden hacerlo solos.
El seno de la paz, de la convivencia sana, del respeto por el ser humano, comienza en la familia, no importando cómo esté compuesta esta; los valores comienzan en el hogar, los niños aprenden por imitación; lo que hagamos en familia se va a replicar a la sociedad.
Antonio Guterres, actual Secretario General de la ONU, es un político, profesor e ingeniero portugués que ha desarrollado su carrera en torno a las causas sociales más difíciles. Fue nombrado Secretario en enero de 2017.
Desde entonces, Antonio Guterres ha trabajado con determinación para realizar cambios radicales en la Organización de las Naciones Unidas, en pro de un progreso real en los pueblos.
Su estrategia ha sido muy clara, en primera instancia su total intención de avalar y promover el programa de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que en 2015 se definieron en Asamblea, orientados a combatir la pobreza, asegurar la prosperidad de los pueblos y proteger el medio ambiente. Estos objetivos deben cumplirse para el 2030, y aunque Antonio Guterres habrá terminado su mandato antes (en 2021 ó 2025 si vota su reelección), su foco principal es trabajar en programas específicos que respalden estos 17 Objetivos.
En segunda instancia, su estrategia ha consistido en replicar en la ONU la foto de cómo queremos que sea nuestro mundo. Por ejemplo, ya que buscamos un mundo con equidad de género, el equipo directivo de Antonio Guterres está compuesto por 50% mujeres y 50% hombres. Este modelo de réplica es en principio un excelente testimonio de convicción de las cosas que queremos ver en el mundo.
Y por otro lado, es un gran “laboratorio” en el que la ONU puede entender los retos de implementación, las necesidades para poderlo aplicar, el cambio que se necesita fomentar en la mentalidad de los colaboradores o de los ciudadanos.
A mí me gusta verlo de igual forma hacia la casa, que en nuestras familias se cree el modelo del mundo que queremos, si no queremos discriminación en el mundo evitemos en casa esas conversaciones de intriga hacia ciertas personas; si queremos un mundo justo tenemos que generar los escenarios de justicia donde a los niños les quede claro que las reglas siempre se aplican y que no hay forma de saltárselas ni de corromper a la autoridad; si queremos niños cultos hay que ir al museo, hay que leer, hay que hacerlos pensar; si queremos seres humanos felices para un mundo mejor, hay que hacer reír a nuestros niños, dejarlos jugar, pasar tiempo juntos, contarles historias fantásticas, hacerles cosquillas antes de dormir. Y lo de los popotes saltará solito por añadidura.
Ese modelo de réplica nos cobrará la factura o nos dará la cosecha abundante de valores tarde o temprano.
Priscila Balcázar Hernández
Soy mamá de tiempo completo; y en mis ratos libres hago proyectos de fotografía, arte digital, redes sociales, ciberseguridad y un poco más.
www.lomashill.com
La semana pasada se celebró la Asamblea General de la ONU, donde todos los países que pertenecen se reúnen anualmente para tratar de arreglar el mundo. ¿Cuántas veces no hemos criticado a la ONU por no poder resolver todos los problemas bélicos, de pobreza y desigualdad? Tuve la oportunidad de trabajar en Naciones Unidas hace algunos años y pude constatar que es una organización que genuinamente trabaja por todo el mundo tratando de acercar la paz y las oportunidades a la humanidad. Pero no pueden hacerlo solos.
El seno de la paz, de la convivencia sana, del respeto por el ser humano, comienza en la familia, no importando cómo esté compuesta esta; los valores comienzan en el hogar, los niños aprenden por imitación; lo que hagamos en familia se va a replicar a la sociedad.
Antonio Guterres, actual Secretario General de la ONU, es un político, profesor e ingeniero portugués que ha desarrollado su carrera en torno a las causas sociales más difíciles. Fue nombrado Secretario en enero de 2017.
Desde entonces, Antonio Guterres ha trabajado con determinación para realizar cambios radicales en la Organización de las Naciones Unidas, en pro de un progreso real en los pueblos.
Su estrategia ha sido muy clara, en primera instancia su total intención de avalar y promover el programa de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que en 2015 se definieron en Asamblea, orientados a combatir la pobreza, asegurar la prosperidad de los pueblos y proteger el medio ambiente. Estos objetivos deben cumplirse para el 2030, y aunque Antonio Guterres habrá terminado su mandato antes (en 2021 ó 2025 si vota su reelección), su foco principal es trabajar en programas específicos que respalden estos 17 Objetivos.
En segunda instancia, su estrategia ha consistido en replicar en la ONU la foto de cómo queremos que sea nuestro mundo. Por ejemplo, ya que buscamos un mundo con equidad de género, el equipo directivo de Antonio Guterres está compuesto por 50% mujeres y 50% hombres. Este modelo de réplica es en principio un excelente testimonio de convicción de las cosas que queremos ver en el mundo.
Y por otro lado, es un gran “laboratorio” en el que la ONU puede entender los retos de implementación, las necesidades para poderlo aplicar, el cambio que se necesita fomentar en la mentalidad de los colaboradores o de los ciudadanos.
A mí me gusta verlo de igual forma hacia la casa, que en nuestras familias se cree el modelo del mundo que queremos, si no queremos discriminación en el mundo evitemos en casa esas conversaciones de intriga hacia ciertas personas; si queremos un mundo justo tenemos que generar los escenarios de justicia donde a los niños les quede claro que las reglas siempre se aplican y que no hay forma de saltárselas ni de corromper a la autoridad; si queremos niños cultos hay que ir al museo, hay que leer, hay que hacerlos pensar; si queremos seres humanos felices para un mundo mejor, hay que hacer reír a nuestros niños, dejarlos jugar, pasar tiempo juntos, contarles historias fantásticas, hacerles cosquillas antes de dormir. Y lo de los popotes saltará solito por añadidura.
Ese modelo de réplica nos cobrará la factura o nos dará la cosecha abundante de valores tarde o temprano.
Priscila Balcázar Hernández
Soy mamá de tiempo completo; y en mis ratos libres hago proyectos de fotografía, arte digital, redes sociales, ciberseguridad y un poco más.
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