¿Cómo crear un mundo mejor?


Estos días he estado muy consternada por todo lo que está pasando en el mundo y me he puesto a pensar, trabajando con niños tan pequeños ¿qué podemos hacer para crear un mundo mejor?

Ver lo que está sucediendo en el mundo, me da mucha tristeza, la gente luchando entre ellas, gente inocente queriendo salir de las zonas de guerra, gente saliendo de sus casas por los incendios acontecidos en Australia, todo esto me hace recapacitar y valorar muchas cosas.  

Y pensar que es lo que le estamos dejando a los niños y por supuesto, que no es lo que me gustaría, ni para mis sobrinos, ni para los niños, ni para sus hijos y tampoco para mí, por lo que pienso que es momento de unirnos y trabajar por el bien común y por mejorar la vida para todos.


Sé que a veces pensamos que no podemos hacer nada ya que estamos muy lejos de los acontecimientos, pero eso no es cierto, yo creo que en nuestras manos está mucho más de lo que pensamos. 

Debemos ayudar a los niños a ser personas íntegras, responsables, felices, que ayuden, que se dejen ayudar, que amen, que se quieran y que se desarrollen personalmente, que respeten, que dialoguen, que no juzguen, que reflexionen, que no comparen, que sean empáticos, que vivan y todo esto se logra con el ejemplo y apoyándolos. 

Esto es algo que como padres y maestros, podemos hacer para crear un mundo mejor:

       Comprender que tus hijos no son tu enemigos: existen frases y actitudes hacia los hijos, con las que se va creando un espíritu de rechazo y cuando son adolescentes que pasan por momentos emocionalmente intensos y que necesitan a sus padres ya que se sienten solos, convierten en ENEMIGOS, esas frases como: “mi hijo que no me deja dormir”, “a mi hijo no le gusta lo que hago de comer”, “mi hija es super enojona y se queja de todo”, “mi hijo nunca quiere recoger los juguetes”, “mi hijo es un chillón”, “mi hijo es un mal portado”, etc, ¿les suenan? Estoy segura que sí y todas ellas te separan de tus hijos y además fomentan su inseguridad y su baja autoestima. Si la persona que más te quiere piensa eso de ti, imagínate ¿qué va a pensar el resto del mundo? Los hijos no son nuestros enemigos, son lo que más queremos en nuestra vida, que no se les olvide. Por favor desechen este tipo de frases y DEJA DE PENSARLO, mejor trabaja para acompañarlos, hablar de las cosas positivas, mejora la relación con ellos. 
       Los niños te necesitan cuando están felices pero también cuando están tristes y enojados, cuando se sienten bien y mal, te necesitan siempre, en todo momento. Los niños solo tienen a sus padres y personas cercanas para crear su personalidad y lograr vivir la vida que desean, por lo mismo, te pido que no te enojes o frustres cuando los niños actúan como ellos quieren o lo necesitan en ese momento, y no como a ti te gustaría que reaccionan. Por ejemplo, no te enojes cuando hagan un berrinche en el super porque no le compras ese juguete que tanto quiere, mejor acompáñalo a trabajar el enojo, a reconocerlo y a sacarlo de la mejor manera, ellos están aprendiendo a autorregularse y nosotros como adultos, queremos que se regulen solos, si a nosotros nos cuesta trabajo como adultos, imagínense a ellos. Cuando muerden o pegan, estén con ellos, viendo que fue lo que los motivó y ayúdenlos a sacar la emoción de la mejor manera, no se enojen con ellos y menos digan que son niños “mal portados”, los niños no se portan bien o mal, se portan como niños, están aprendiendo y nosotros como adultos debemos estar cerca de ellos para guiarlos y ayudarles. Los niños necesitan conocer sus propias emociones, vivirlas, experimentarlas, sentirlas, reconocerlas, utilizarlas, entenderlas, necesitarlas. Todo esto les va a ayudar a entender cuándo se puede y cuándo no, qué necesitan y qué no, qué quieren en realidad y qué no, lo cual es muy importante como adultos, no les den todo de inmediato, ni todo lo material. Si utilizas la fuerza y le dices cosas hirientes cuando él está expresando lo que siente y no sabe como hacerle, no le vas a enseñar nada bueno, al contrario, le vas a enseñar a comerse sus sueños, a que no puede llorar, a que no se puede enojar y que ustedes solo están para llevarlos a la escuela, a la clase de natación y darles de comer. Por eso tienes que estar allí en lo bueno y en lo malo. 
       Es importante que no les hagas y digas lo que no te gustan que te hagan y digan. A ti no te gusta que te griten y tú les gritas, no te gusta que te digan mentiras y tu mientes, no te gusta comer brócoli, pero ellos sí lo deben comer, no te gusta que estén descalzos por la casa pero tú sí estás descalzo, no te gusta que te amenacen, pero tú sí amenazas, tú eres el modelo y todo lo que tú hagas ellos lo van a hacer. Esfuérzate por ser mejor persona cada vez, para que ellos imiten esto de ti. 
       No los compares, todos somos ÚNICOS, irrepetibles, inigualables, brillantes, excepcionales. Deja de compararlos y usar frases como: “tu hermana sí come muy bien, en cambio tú no comes nada”, “tu hermano se porta muy bien” “quisiera que fueras igual de bien portado que tu hermano”, “tu hermano sí recoge los juguetes muy bien después de usarlos” saca esas frases de tu repertorio, acéptalos como son y ayúdales a ser mejor personas. 
       No sigas la frase de “en la vida se aprende a golpes”, lo que necesitan es apoyo, amor, empatía y respeto, no golpes. Cuando lleguen los verdaderos golpes de la vida, hay que ir para adelante ya que cuando los apoyamos en lo bueno y malo, ellos estarán listos para sobrepasar los golpes de la vida y viendo que cada momento es de aprendizaje. 
       Conócete a ti mismo para poder educar de una manera correcta, es importante ser consciente de tus aciertos y errores, de tus sueños cumplidos o incumplidos, de tus emociones, de lo que te gusta y no te gusta, es importante trabajar con nosotros, con nuestra infancia, trabaja en ti, sin descuidarlos y mejorar tu bienestar emocional, sólo así serás un buen ejemplo para tu hijo.

       No has traído a tu hijo al mundo para discutir y gritarle todo el tiempo, en esos momentos en los que sientas ganas de discutir y gritar, salte de la escena y respira, procesa lo que sientes, lo que quieres, lo que necesitas, regresa a la realidad y date cuenta que no vale la pena discutir, enojarse, ni gritar. Vida solo hay una y hay que disfrutarla. Claro que es importante hablarle calmadamente de lo que sientes y porque te enojaste, pero sin agredir y siempre hablando de ti, no de lo que ellos te hicieron sentir. Dile: "me enojé porque no me ayudaste a recoger tus juguetes" en lugar de decirle, "me haces enojar porque no obedeces".

       La violencia genera violencia. Violencia son gritos, golpes, castigos, insultos, ignorarlos, no mostrarles atención, compararlos, etiquetarlos, no acompañar sus emociones, exigirles que hagan lo que tú quieres, amenazarlos, obligarlos a comer, etc. Empieza a tratarlos como se merecen, desecha lo incorrecto y vete por el camino de lo correcto, si quieres hijos que no sean violentos en el presente y en el futuro, deja de utilizar la violencia.

  

El mundo, el planeta en el que vivimos depende de los niños y los hijos de nuestros hijos, es importante educarlos en un entorno de respeto propio y mutuo y esto será lo que integrarán y lo que les ayudará a ser adultos de bien.  
Puede ser que veas esto como un imposible, pero siente que tienes la responsabilidad en tus manos y la gran suerte de ayudar a que este mundo sea mejor, de hacer niños felices, responsables y amorosos ya que de eso se trata la vida, el tiempo vuela y vida solo hay una. 




Mónica Cervantes 
Directora Campus Santa Fe
www.lomashill.com


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