Pones límites, pero ¿enseñas a que tus hijos los pongan a los demás?

¿Alguna vez se te ha dificultado poner límites con tu jefe o con algún familiar? 

Ahora imagina a un niño que siente incomodidad en determinados escenarios, está consciente de lo que siente solo que no tiene claro cómo manejarlo ni superarlo.


Por lo anterior, entiende y haz entender a los niños que los límites sirven como autoprotección para no ser lastimados, manipulados o aprovechados, digamos que es una forma de expresar el autoestima. De forma tal que son tan necesarios que tienen que ser trabajados desde que se tiene consciencia de lo que gusta y lo que no. 


Antes de entrar de lleno al tema veamos algunos ejemplos de límites saludables: 

    • El deseo de terminar con una amistad o una relación romántica. 
    • Dar su consentimiento para cualquier interacción con otras personas. 
    • Pedirle a alguien que deje de burlarse de ellos. 
    • Decirle a un amigo que no se siente cómodo en situaciones de riesgo.
    • No prestarle dinero a un amigo que continuamente le pide y no le paga. 
    • Hablar con un hermano para que respete su espacio personal. 
    • Negarse a compartir contraseñas de perfiles sociales o del mismo celular con amigos o novios.
    • Tomar distancia siempre que no se respeten sus límites. 

    Foto: Linda Eller - Shein para Pexels

    Guíalos en el proceso:

  1. Ayuda a tus hijos a reconocer y etiquetar sus sentimientos.
  2. Enséñales a confiar en su intuición, suena muy subjetivo, pero es útil plantearles que si algo no se siente bien, no está bien. Recalca que necesitan ser fieles a sí mismos, no a lo que los demás esperan. 
  3. Dales una idea de los comportamientos inaceptables. Hablen regularmente sobre lo que se vale o no en cualquier tipo de relación, refuérzales la idea de que todos tienen que ser tratados con amabilidad y respeto, que cuando no sea así hay que poner límites. 
  4. Aborda el tema digital, desde redes sociales hasta sexting. 
  5. Déjalo practicar con gente cercana, sugiere respuestas para que puedan salir de situaciones incómodas, como: “No gracias”, “No me siento cómodo con eso”, “Voy a pensarlo y te digo”. 
  6. Haz hincapié en que la amistad no implica ser copia fiel del otro, ni que tienen que hacer todo lo que les piden, menos que tienen que estar de acuerdo en todos los temas.
  7. Explica los riesgos de no establecer límites porque para ellos puede ser más fácil dejar pasar las cosas cuando alguien cruza la línea. Pero resalta que a veces no habrán riesgos explícitos, pero sí puede provocar resentimiento o dañar la confianza. 
  8. Recuérdales que los demás también tienen límites y que el respeto mutuo les hará la vida más armoniosa.

Empieza por pequeñas cosas, usa situaciones de la vida cotidiana para ejemplificar y practicar.


Fuente: What Teens Need to Know About Boundaries. Sherri Gordon. Verywell Family. Julio 2021. 

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